El mundo de ahora es un mundo material, superficial. Nos creemos por encima de todo lo que nos rodea. Inventamos nuevas tecnologías, construimos nuevas ciudades, destruimos la naturaleza y el medio ambiente... Vamos de manera individual por este mundo buscando nuestro bien personal.
Ponemos deberes a las nuevas generaciones como si fuesen ellas las culpables del mundo actual y al mismo tiempo las ponemos como responsables del cambio a hacer. Pero realmente los responsables somos nosotros y todos tenemos que hacer una reflexión personal y ponernos de acuerdo para ir hacia un bien común.
Uno de los primeros pasos a tomar es volver a aliar a la persona con la naturaleza, para construir con ella no para destrozarla. Y el segundo paso importante a hacer es aceptar la interculturalidad. Esta no es simplemente saber convivir con las diferentes culturas del mundo, sino aceptarnos a cada uno de nosotros para poder aceptar correctamente todo lo demás, tanto si es igual como si es diferente a nosotros. Somos todos iguales, somos todos personas y tenemos la misma dignidad. Por tanto, podríamos decir que todos somos causantes y responsables de este mundo, y somos todos los que lo hemos de cambiar haciendo un trabajo individual para construirnos como personas para poder trabajar todos juntos hacia un bien común.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de diciembre de 2010