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Barberá renuncia a construir las piscinas futuristas de El Grau

Aumsa encarga un nuevo diseño tras gastar 1,1 millones en el anterior

Después de llevar seis años durmiendo el sueño de los justos en el fondo de un cajón del Ayuntamiento de Valencia, ayer se dio carpetazo al complejo de piscinas de alta competición que el arquitecto José María Tomás Llavador diseñó para El Grau por encargo del Consistorio.

El consejo de administración de la empresa municipal Actuaciones Urbanas de Valencia (Aumsa) decidió ayer sacar a concurso la construcción y posterior explotación por 70 años de este complejo. Pero también su diseño, lo que, en la práctica, supone desterrar el encargo que la propia Aumsa remitió al equipo de Tomás en 2002 para idear estas instalaciones. Y por el que pagó 1,1 millones de euros. El nuevo proyecto es mucho menos ambicioso que el anterior, aunque el diseño final está por perfilar.

El trabajo elaborado por el arquitecto valenciano en 2004, denominado complejo de las Piscinas del Balcón al Mar y situado frente a la plaza de la Aduana del puerto de Valencia, se trataba de un espacio ajardinado de más de 150 metros de largo por casi 70 de ancho. Este recinto contaba con una piscina olímpica, una de saltos y otra exterior con solárium, además de sala de musculación, gimnasio, sauna y vestuarios. Uno de los aspectos más destacados de estas instalaciones era su diseño futurista. A un edificio central rectangular se adosaban dos cubiertas con forma de parábola cubiertas de teflón. Su coste total se estimó en casi 27 millones de euros. El trabajo encargado a Tomás, inicialmente presupuestado en 600.000 euros, finalmente se incrementó hasta alcanzar los 1.162.000 euros.

Todo este dinero pagado por Aumsa finalmente no servirá de nada. El pliego de condiciones aprobado ayer establece que una misma empresa será la responsable de diseñar, construir y explotar el recinto por un tiempo de 75 años. En principio solo está prevista la construcción de una piscina, una zona ajardinada e instalaciones deportivas que dependerán de las propuestas finales de los licitantes, por un presupuesto de unos 20 millones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de diciembre de 2010