Están de acuerdo en casi toda la agenda económica pero las cuestiones nacionales son un escollo insalvable para que el PP apoye la investidura de Mas. CiU y el PP exhibieron en el pleno una gran sintonía en propuestas como un plan de choque o una cumbre contra la crisis y acciones concretas como menos impuestos; incrementar la liquidez de las pequeñas y medianas empresas; que la Administración sea menos intervencionista, y que exija menos regulación y papeleo. Mas hizo estas propuestas.
- Sanidad privada. El convergente subió al atril con promesas como la gestión privada de equipamientos sanitarios o el mantenimiento de un sistema "complementario, no alternativo" de seguros privados. Rechazó el copago sanitario porque penalizaría, dijo, básicamente a los jubilados cuyo salario medio es de 900 euros.
- Ley de Educación. En la agenda de Mas hay dos objetivos marcados en rojo para los próximos cuatro años: situar el paro en un 10%; y, en educación, mejorar un dato que le horroriza: que el fracaso escolar en la secundaria alcance al 30% del alumnado. Entre sus guiños al PSC, Mas recordó que CiU apoyó su Pacto Nacional de la Educación, la investigación o el desarrollo de "infraestructuras y centros de apoyo a la industria". "¿Quiere que hablemos del cuarto cinturón y de las alegaciones que han presentado en Fomento? A diferencia de lo que piensan sus socios, nosotros estamos de acuerdo con ellas", dijo Mas al socialista Joaquim Nadal.
- Moderación fiscal. Además de la supresión del impuesto de sucesiones, que supondrá a las arcas públicas dejar de ingresar 400 millones de euros, CiU quiere eliminar de forma progresiva todas las tasas que aumentó el tripartito en junio: la de actos jurídicos documentados; la de transmisiones y matriculación. El aumento de dos a cuatro puntos del tramo autonómico del IRPF para las rentas más altas no se llegó a aplicar. El PP querría suprimir ya todas esas tasas.
- Administración. CiU quiere predicar con el ejemplo y reducir la estructura política de la administración en un 20%. Su idea es pasar de 15 a 12 consejerías y suprimir por tanto direcciones generales, cargos de confianza y organismos que cuelgan de esos departamentos. El recorte provocó otro enfrentamiento entre Mas y Nadal, porque éste lo consideró una menudencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de diciembre de 2010