Leo estos días en este diario dos noticias que dan para pensar. De un lado, el señor presidente del Gobierno amenaza con que la jubilación se retrasará a los 67 años, por nuestro bien, claro está. Después me entero de que un importante grupo financiero va a prejubilar a los mayores de 55 años, por su bien, claro está, y que la operación le va a costar al Estado -no a la entidad financiera- al menos 250 millones de euros.
Y todo esto me suena como esas grandilocuentes sentencias judiciales de tres penas de prisión perpetua a personas que unos años después están paseándose por la calle. ¿Nos dejamos ya de camelos y le decimos a la gente, de una vez por todas, la verdad?- José Luis Granados Vázquez. Madrid.
En caso de retrasarse la edad de jubilación, si me pongo en el papel de cualquier empresario, y haciendo unos números gruesos, tendré que seguir pagando 40.000 euros a un trabajador de 65 años durante dos años adicionales, en lugar de reemplazarle por un joven que entraría cobrando unos 15.000 euros, o tal vez dos jóvenes que cobrarían juntos menos que el trabajador veterano que se jubila.
Si estamos trabajando unos 10 millones de personas, el retraso de la jubilación toca aproximadamente a un 5% en los próximos tres años, lo que suponen unas 500.000 personas que siguen trabajando en lugar de dejar "hueco" para los jóvenes que vienen detrás.
Y pienso entonces que aumentar la edad de jubilación dos años va a ser una medida que no ayudará a recaudar mucho más desde la Seguridad Social, porque seguirá cotizando el veterano de 65 años en lugar de uno o dos jóvenes que saldrían del paro, y destruye empleos que iban a irse creando de modo natural durante los próximos años. ¿No podemos estudiar otras medidas más acertadas y llegar a un consenso entre todos?- Pablo María Núñez Martín. Madrid
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de diciembre de 2010