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Entrevista:Emanuele Giust - Periodista | EL VIAJERO HABITUAL | TROTAMUNDOS

Master en bajo oeste

El escritor y fotógrafo italiano Emanuele Giusto, autor de Il giro d'Europa con 30 euros (editorial Feltrinelli, aún inédito en castellano), libro que explica la revolución del low cost, relata sus andanzas europeas y desvela algunas claves para no gastar más de la cuenta.

Habrá volado mucho.

Me interesa el bajo coste como fenómeno que ha democratizado viajar y para desgranarlo en el libro hago la ruta Madrid -Bruselas - Milán -París -Londres -Berlín - Roma -Madrid . El importe total fue de 168,98 euros.

¡Solo?

Parece difícil pero puede hacerse, por ejemplo, si se consulta www.whichbudget.com , que detalla las rutas low cost y se compran luego los billetes en la propia web de cada compañía.

Habrá visto de todo.

Al ir a sacar la tarjeta de embarque en Bruselas me topé con una chica española que tenía algo de sobrepeso en el bulto de mano: sacó cinco jerséis de la maleta y se los calzó mientras todo el mundo se partía de risa: ¡la mujer parecía el muñeco de Michelin!

¡El ahorro es lo primero!

En la T-4 de Madrid hay un hombre que está todo el día recolectando las cosas que la gente saca de las maletas por sobrepeso.

Los clientes habituales ya lo conocen y directamente van y le dan un libro..., lo que sea con tal de no pagar más.

Nuevos hábitos viajeros.

Otra cosa llamativa es que ahora el precio condiciona el destino y así visitas ciudades y aeropuertos donde nunca habrías pensado poner un pie.

¿Por ejemplo?

El aeropuerto de Fráncfort- Hahn. Está a 120 kilómetros de Fráncfort . La vez que estuve solo había dos empleados y el hombre de la cafetería roncando a pierna suelta. Es como aterrizar en el salón de alguien.

¿Más ideas low cost ?

Dormir y comer en establecimientos con la misma filosofía.En Berlín conozco el restaurante Rissani (en la calle Spreewaldplatz, en Kreuzberg), donde por 5 euros te sirven cantidades ingentes de comida libanesa. En Ámsterdam , cuando hace bueno, puedes alojarte por 8 euros en Vliegenbos, un camping de bungalós precioso lleno de árboles y laguitos a un kilómetro de la estación central.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de diciembre de 2010