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Reportaje:

Navidad sin blanca

Empleados municipales de La Línea y Los Barrios viven de la ayuda familiar

Los más de 1.500 trabajadores de los ayuntamientos de La Línea de la Concepción y Los Barrios (Cádiz) pasan este año su peor Navidad. El gobierno linense, del PP, adeuda las nóminas de octubre y noviembre. En pocos días sumará al debe la paga de diciembre y la extra: casi 5,5 millones de euros que el alcalde, Alejandro Sánchez, trata de conseguir. En Los Barrios, la situación no es menos complicada. El alcalde, Juan Montedeoca (PSOE), y el concejal de Hacienda, José Tocón (IU), han gestionado una operación de tesorería con Cajasol para pagar los salarios de octubre, noviembre y la paga extra de Navidad: más de cuatro millones de euros.

"Es penoso que este año en casa no podamos desenvolvernos con soltura. Lo estamos pasando mal desde principios de este año y si no fuese por la familia, sería insoportable", asegura un empleado de La Línea, Miguel Ángel Muñoz.

Josefa Ruiz nunca había vivido una situación igual. Lleva 20 años como limpiadora municipal linense y afirma que lo más duro es no saber qué va a pasar: "Espero que esto dé un giro a partir de enero porque, de lo contrario, no sé cómo vamos a terminar muchos de los que no tenemos más que nuestro sueldo para vivir".

"No tenemos espíritu para trabajar porque esta situación nos afecta a nosotros y a nuestras familias", afirma Manuel Pecino, un operario de obras y servicios de Los Barrios desde hace tres años, casado y con un hijo de cinco años. "Nunca había vivido una situación así", añade el trabajador, quien afirma estar en peor situación que un desempleado: "El parado puede ir y buscarse la vida de alguna manera, pero nosotros tenemos que cumplir con nuestra obligación de ir al trabajo y no cobrar. Hay compañeros que están rifando enseres de su propiedad o décimos de lotería para poder comer y otros que no tienen familia que les ayude y han tenido que pedir ayuda en Cáritas, adonde acuden a comer".

Juan José Gil, un empleado de la brigada de jardines, nunca pensó que no podría darles regalos de Reyes a sus dos hijos, de dos y cuatro años. "Esta situación es insoportable para toda la familia. No sabemos qué decir a los niños cuando miran los catálogos de publicidad y piden juguetes", afirma Juan José, quien asegura que "lo poco que se puede gastar es para comer". El trabajador también teme que la situación se alargue y pueda verse como alguno de sus compañeros, con la casa embargada por impago. "Debo dos cuotas de la hipoteca y ya me ha dicho el banco que, como acumule cinco recibos sin pagar, procederán al embargo", asegura Juan José.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de diciembre de 2010