Unas 300 personas se concentraron ayer en la calle Príncipe de Vigo, para apoyar a una madre en protesta por la "privación de libertad" que sufre su hija, una menor viguesa que se encuentra ingresada en un centro de menores desde hace seis meses al negarse a vivir con su padre, denunciado hasta en ocho ocasiones por abusos sexuales.
Según explicó una portavoz de la familia, una juez de Vigo ordenó el ingreso de la niña en un centro a petición del padre y del fiscal, al entender que la rama materna de la familia representa "una mala influencia" para la pequeña. El mismo portavoz aseguró que hay "informes médicos y psiquiátricos" que avalan la existencia de los abusos sexuales del padre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de diciembre de 2010