Enero: incendio fiscal en Grecia. Mayo: el euro al borde del desastre, España y el resto de Europa emprenden planes de austeridad dignos de una posguerra. Noviembre: los bancos se llevan por delante a Irlanda; Portugal, España, Italia y Bélgica quedan señalados como los siguientes de la lista. Menudo año, en el que la deuda pública le ha ganado por la mano a la Bolsa (al menos en los titulares de los periódicos, algo que no suele ser precisamente un buen síntoma en los mercados). Con toda esa tralla, los inversores llegan a fin de año agotados, exhaustos después de un año de aúpa. Tras el fuerte recorte de la sesión anterior, la Bolsa española abrió con energía, pero no quedan fuerzas: si no pasa nada raro, cerrará el año perdiendo en torno al 15% y deambulando alrededor de los 9.900 puntos. Ayer cerró con una leve subida (0,05%), con el Ibex navegando sin rumbo y los inversores dando prácticamente el ejercicio por acabado. Lo que importa es 2011. En eso están todos lo augures: en interpretar la nube de dudas que no acaba de esfumarse en el horizonte.
A la espera del nuevo año, lo que queda es guerra de guerrillas. El Ibex podría alcanzar la cifra mágica de los 10.000 puntos en las dos sesiones que quedan antes del cierre del año, pero los pesos pesados no parecen animarse: entre los grandes, ayer solo Santander y Repsol consiguieron cerrar ligeramente en positivo, con BBVA, Telefónica e Iberdrola a la baja. En el mercado continuo se estrenaron las nuevas acciones de Vértice 360º, completamente planas. Por su parte, SOS retrocedió el 12% tras la fuerte subida (16%) de la jornada anterior, en la que anunció un acuerdo para la refinanciación de su deuda.
Sin apenas referencias importantes ni en España ni el exterior, lo normal es que no haya grandes movimientos. Y no los hubo. En Estados Unidos, los índices de confianza y los precios de la vivienda fueron algo peor de lo esperado, y aun así Wall Street abrió con ligerísimas subidas. En Europa, la atonía fue general entre los principales índices. El euro arrancó con subidas pero cerró el día a la baja, flirteando con los 1,31 dólares por unidad. Y el petróleo prosiguió con su escalada, ya cerca de los 95 dólares por barril y camino de los 100. La Bolsa y en general los mercados están esperando para ver qué pesa más en 2011, si los déficits públicos y el miedo o el activismo de Estados Unidos y de los bancos centrales. Veremos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de diciembre de 2010