La Consellería de Territorio echó abajo en agosto el tanatorio de Montecelo, en Pontevedra. Cumplía así una resolución del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que dio la razón a un vecino y declaró ilegal una licencia de la Comisión Provincial de Urbanismo de 1993 que había permitido levantar el centro en suelo rústico, junto al hospital.
Los promotores, tres empresas funerarias, avisaron entonces de que reclamarían a la Administración los daños y perjuicios. Anunciaron también que pretendían levantar otro tanatorio en el solar en que estaba el anterior, una posibilidad que veían viable merced a los últimos cambios en la ley gallega del suelo.
Las funerarias presentaron ayer en el Ayuntamiento pontevedrés, en efecto, un Plan Especial de Dotaciones y Equipamientos, trámite imprescindible para que el proyecto prospere. Quieren "aprovechar en buena medida el hábito que se instaló en la sociedad pontevedresa tras 17 años de actividad", según aseguran en un comunicado.
Un portavoz del Ayuntamiento opina que la iniciativa, de prosperar, se demorará bastante en el tiempo, porque a los informes del Gobierno local se tiene que sumar la autorización de la Consellería de Territorio. "La funeraria Funespaña tardó dos años en que aceptasen su proyecto de accesos, servicios e infraestructuras", asegura. En el caso de Montecelo, el acceso al emplazamiento, por una pista asfaltada en la que a duras penas caben dos vehículos, es uno de los escollos que deberán superar los promotores.
En el Ayuntamiento llaman la atención, asimismo, sobre el impulso que ha tomado en los últimos meses el negocio funerario, con cuatro nuevas solicitudes registradas para construir crematorios, una de ellas a cargo precisamente de uno de los responsables de la instalación derribada en Montecelo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de diciembre de 2010