En breve entrará en vigor una nueva ley antitabaco que presumiblemente tendrá grandes efectos en el sector de la hostelería, al universalizar la prohibición de fumar en todos los establecimientos hosteleros.
Desde el año 2006 nuestro local se encuentra entre los seis bares, cafeterías y restaurantes del barrio madrileño de Ciudad Lineal donde, hasta la fecha, no se permite fumar en el interior. Estamos hablando de un barrio de 240.000 habitantes (equivalente a ciudades como Vitoria o Granada) con alrededor de 950 actividades hosteleras. El incumplimiento de la ley ha sido general y consentido por la Administración competente, en este caso la Comunidad de Madrid. Obviamente, los temidos efectos económicos que pueden conllevar la aplicación de la ley y la dejadez de las Administraciones en velar por su cumplimiento, ha provocado que muy pocos hosteleros hayamos osado a aplicar la ley.
Con la nueva ley se inicia una nueva etapa para todos. Puedo entender la picaresca del hostelero que quiera seguir permitiendo fumar en su local, pero no la dejadez de los que tienen el deber de hacer cumplir la ley. Sería muy injusto que los que no la cumplan se sigan lucrando de los que sí la cumplimos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de diciembre de 2010