La pirotecnia Caballer disparó ayer 150 kilos de pólvora en el paseo de la Alameda de Valencia. Es, desde el año 2000 en que se inició esta tradición, la cita con la mascletà de cada primer día de año. Hubo público, sí. Pero menos que en otras ocasiones, quizá debido a que el primer día del año cayó en sábado. La sonora convocatoria no fue capaz de cambiar el escenario de ciudad vacía que podía recorrerse desde Blasco Ibáñez a la avenida de las Cortes, o desde Peset Aleixandre a El Cabanyal. El espectáculo pirotécnico, cargado de simbolismo y que ya se ha convertido en la mascletà de invierno, duró siete minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de enero de 2011