El actual presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, rechazó ayer el ultimátum para abandonar el poder que le dio el líder de la oposición y ganador de las pasadas elecciones, Alassane Ouattara, a quien la comunidad internacional reconoce como nuevo mandatario costamarfileño. Un alto funcionario de Naciones Unidas también advirtió a Gbagbo y a sus oficiales que pueden ser acusados de violaciones contra los derechos humanos. Mientras, crece entre la población el temor a que la violencia desencadene una nueva guerra civil.
El primer ministro designado por Ouattara y líder de las Fuerzas Nuevas, Guillaume Soro, amenazó a Gbagbo con que si no deja el cargo los nuevos dirigentes del país se verán obligados "a considerar otras medidas". Gbagbo se ha negado a reconocer que perdió las elecciones presidenciales frente a Ouattara el pasado 28 de noviembre. Más de medio centenar de españoles destacados en ese país lo han abandonado por la inseguridad reinante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de enero de 2011