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Una tabla de surf, entre los objetos perdidos en el metro

Cuando se viaja la mente tiende a sumirse en ensoñaciones. Aunque el desplazamiento dure unos minutos. Solo así se explica que los usuarios del transporte público en la ciudad de Madrid hayan olvidado una tabla de surf, una cuna de bebé, un carrito de golf con los palos, unos papiros egipcios o una máquina destructora de papel en algún taxi, autobús de la EMT, vagón de suburbano o convoy de Cercanías.

El Ayuntamiento de Madrid publica periódicamente los nuevos objetos que han llegado a sus oficinas. Casi siempre son cosas que cualquiera podría olvidarse sin darnos cuenta: llaves, carteras, monederos, gafas, algún bolso o mochila, documentación u otros pequeños artículos que, por descuido, pueden abandonarse en el asiento de al lado o se pueden caer del bolsillo. Sin embargo, entre los objetos perdidos se encuentran a veces artículos sorprendentes.

Así, en la lista de objetos olvidados en el transporte público durante 2010 se encuentran un árbol de Navidad, un par de taladradoras, una lijadora o una máquina destructora de papel. Además, también aparecieron pequeños electrodomésticos como un reproductor de VHS o un tostador de pan. La relación de objetos perdidos es interminable, pero sorprende cómo pueden olvidarse en el metro o en el bus un casco de motorista, una nevera portátil, un medidor de glucosa o de tensión, videoconsolas, ollas a presión, cañas de pescar, cortador de pelo, prismáticos, patinetes, raquetas o una llanta de rueda de moto.

Se pueden recuperar

Muchos de los propietarios que olvidaron alguna cosa pueden recuperarla enseguida en el almacén de objetos perdidos que el Ayuntamiento de Madrid tiene en Legazpi. Allí, por ejemplo, se encontraba una PDA que un controlador del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) se dejó olvidada y pudo recuperar.

En este almacén se depositan y devuelven los objetos hallados en el aeropuerto de Barajas, Renfe, Correos, taxis, metro, autobuses y vía pública. Para poder retirar algún objeto es necesaria la presentación del DNI y la descripción del objeto, lugar (línea de metro o autobús, matrícula o número del vehículo si se tiene...) y fecha aproximada de la pérdida.

Transcurrido el plazo de dos años desde el depósito y si el objeto no ha sido reclamado por su dueño, se notifica al hallador, que puede retirarlo en el plazo de un mes.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de enero de 2011