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Estepona abre el año con una nueva crisis política

El Ayuntamiento de Estepona se ha acostumbrado a vivir en el sobresalto continuo. El pasado 27 de diciembre, la edil del equipo de gobierno Silvia Cabrera, elegida en las listas del PP, presentó al alcalde, David Valadez (PSOE) un escrito de renuncia. La concejal, que abandonó las filas populares harta de la "política de obstruccionismo" de este partido a la gobernabilidad municipal tras el caso Astapa de corrupción, pretendía dejar su puesto en el equipo de gobierno, aunque conservaría el acta de concejal.

Según fuentes municipales, con su renuncia, Cabrera buscaba evitar que Valadez fuera declarado tránsfuga ese día por usar sus votos en el pleno, pese a que el cambio de puesto de Cabrera, en septiembre de 2009, no modificó las mayorías municipales, ni le sirvió al regidor para ser elegido.

La petición de declarar tránsfuga a Valadez la llevó el PP a la mesa antitransfuguismo del 27 de diciembre pasado, aunque ni siquiera llegó a debatirse. Y los populares dieron por roto el pacto contra los chaqueteros después de que el PSOE no retirara la candidatura del alcalde de Benidorm (Alicante).

La rotura del pacto supuso una marcha atrás en la renuncia de Cabrera, que, según fuentes próximas a Valadez, continúa ocupando la delegación de Cultura y "no tiene intención de abandonarla". La renuncia de ida y vuelta de la concejal ex popular, que sí fue declarada tránsfuga en julio de 2010, sirvió para que el PP acuse de nuevo a Valadez de "ser incapaz de gobernar".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de enero de 2011