El Consell ha comenzado a saldar la deuda que mantiene con las 62 oficinas liquidadoras de los registros de la propiedad que recaudan los impuestos autonómicos desde 1991. El último día de 2010 liquidó noviembre y diciembre de 2009, así que ahora debe los últimos 12 meses.
Esta inyección de dinero ha permitido respirar a la mayoría de los trabajadores de estas oficinas, que se reparten el 40% de los beneficios que obtienen y han llegado a estar hasta 14 meses sin ingresar el porcentaje del 4% de la recaudación que la administración autonómica les debe devolver mensualmente por los servicios prestados.
Esta situación llevó el 20 de diciembre al diputado de Compromís, Josep Maria Pañella, a registrar en las Cortes una pregunta a la consejería de Hacienda para averiguar los motivos de su retraso en el pago a los registradores y la previsión de hacerlo efectivo, sin que de momento haya obtenido respuesta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de enero de 2011