Las inundaciones no dan tregua al Estado australiano de Queensland, donde al menos 20 localidades han quedado sumergidas o incomunicadas, con 200.000 personas afectadas. Las riadas, que comenzaron a finales de noviembre y empeoraron durante Navidad, se han cobrado 10 muertos. El área inundada es del tamaño de Francia y Alemania juntas.
El Ejército comenzó ayer a distribuir provisiones en las zonas más afectadas de esta región del noreste australiano. La primera ministra, Julia Gillard, ha dicho que el desastre "no tiene precedentes".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de enero de 2011