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CARTAS AL DIRECTOR

Obispos

Una y otra vez nuestros obispos se rasgan las vestiduras porque su rebaño de fieles no les sigue en sus preceptos y admoniciones. Dicen que llevamos una vida sexual disipada y no dirigida a la procreación, que si el aborto dentro del primer trimestre es un crimen contra la vida, que si la eutanasia se practica con alegría. Echan responsabilidades fuera, el culpable es el Gobierno, los gais, las feministas, las personas descreídas. Y habría que preguntarse: ¿por qué las iglesias están semivacías?, ¿por qué la gente no se rige por sus principios?

Tal vez porque la jerarquía católica tiene una media de edad por encima de los 70 años, tal vez por sus posiciones conservadoras extremistas, tal vez porque sus ejemplos y argumentos tienen siglos de edad y toneladas de dogmatismo. ¿Dónde están los teólogos de la liberación, dónde los curas obreros, dónde las comunidades cristianas de base de carácter progresista? ¿Por qué no se les da voz y voto?

Estimados obispos, cuando dejen hablar a la Iglesia progresista que está dentro de la suya, callada y castigada, tal vez vuelvan a contar con el favor del personal. No se han enterado de que la mujer es igual al hombre, de que el placer no es pecado y que podemos decidir y pensar libremente. Nos tendrían que convencer con su tolerancia y su ejemplo de respeto al diferente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de enero de 2011