Enrique Costas Lombardía desacredita, una vez más, el modelo español de retribuciones en los trasplantes de órganos en España, hablando de dopaje y estímulos inmorales no existentes en otros países (carta a EL PAÍS, 4 de enero 2011).
En principio, habría que recordarle que los médicos especialistas en España son de los peor pagados de Europa a pesar de tener un nivel de conocimientos y actividad similares. En segundo lugar, el pago en la asistencia especializada, varía de unos países a otros, mediante salario en unos y por acto médico en otros. Tercero, el modelo español de trasplantes ha conseguido unos niveles de equidad, eficacia y eficiencia muy superiores a otros países de nuestro entorno. Por último, como antiguo coordinador y actual miembro de un equipo de trasplantes, le informo de que cuando empezaron a incrementarse las tasas de donación en España, muchos no recibíamos ninguna retribución por la actividad realizada fuera del horario laboral, a cualquier hora y día del año. Posteriormente, comenzamos a cobrar unas retribuciones que seguramente variarán de unos centros a otros.
En mi caso, presenté mi dimisión como coordinador hospitalario en 1994, renunciando según parece a unas cantidades inconfesables de dinero, tonto de mí, volviendo a reincorporarme de 2003 a 2005 al no existir ningún facultativo en el hospital que quisiera asumir esa responsabilidad.
Los profesionales que intervienen en los trasplantes (cirujanos, nefrólogos, cardiólogos, etcétera), realizan la labor y guardias habituales correspondientes a su especialidad y, además, deben estar "disponibles" fuera de esta actividad para trasladarse con urgencia a su hospital u otra ciudad para la extracción y posterior trasplante. La retribución por ello nunca la llamaría dopaje.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de enero de 2011