Empieza una nueva edición del programa Descubre Madrid, que permite a las personas con discapacidad intelectual disfrutar de visitas turísticas adaptadas a su nivel de comprensión, y garantiza su derecho a la cultura y al ocio. Así, las personas con discapacidad intelectual pueden conocer los secretos de Madrid. Este año realizará visitas en el Parque del Retiro, la Plaza Mayor, el barrio de Salamanca y cuatro museos de la capital, el Naval, el del Ferrocarril, el de la Ciudad y el de Ciencia y Tecnología, según la Federación de Organizaciones en favor de Personas con Discapacidad Intelectual de Madrid, que organiza este proyecto junto al Patronato de Turismo del Ayuntamiento. Los guías, expertos en adaptar la temática y el discurso de cada una de las visitas, garantizan que las personas con discapacidad intelectual finalizan la visita conociendo y comprendiendo su contenido.
Este año, el programa cumple su cuarta edición. En 2010, participaron casi 700 personas. Si la visita estrella en la tercera edición fue la Gran Vía madrileña, con motivo de su centenario, el 2011 abre las puertas de varios museos de la capital. Pero también se visitará el Madrid imprescindible y como en otras ediciones habrá un recorrido por las tradiciones de Semana Santa y Navidad. Todas las visitas se pueden consultar en www.feapsmadrid.org.
La Convención de Derechos de Personas con Discapacidad que incorpora un artículo completo para garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad, manifiesta en su artículo 21 que se ha de facilitar a esta información dirigida de manera oportuna y sin coste adicional, en formatos accesibles que puedan utilizar y que garanticen el acceso de los servicios en igualdad de condiciones que el resto de los ciudadanos.
En 2010, FEAPS Madrid (Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual) gestionó 33 visitas adaptadas en las que participaron casi 700 personas. Para FEAPS este programa es un ejemplo de adaptación de los entornos para hacerlos accesibles y comprensibles, de forma que puedan fomentar la participación y la inclusión de las personas con discapacidad intelectual en las actividades socio culturales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de enero de 2011