Rafael de Lacy Fortuny, abogado y ex político, miembro del Consejo Consultivo de las Islas Baleares elegido por el Parlamento, falleció el 10 de enero en un accidente de tráfico en la carretera litoral cercana a Es Cap Blanc, en Mallorca. Estaba casado, tenía 56 años y dos hijos menores. Era un liberal a la mallorquina, más bien de presencia kennediana: descendía del general irlandés-español y constitucionalista Luis de Lacy y Gautier, fusilado en el castillo de Bellver de Palma en 1817, a pesar de estar indultado tras su intentona militar y civil para proclamar la Constitución con la toma de Barcelona.
Tenista de éxito en su infancia, abierto y siempre sonriente, entró en la política en UCD, en plena Transición, de la mano de uno de los nietos de Antonio Maura, Ramiro Pérez-Maura, el duque de Maura, gobernador civil y después senador. En la preautonomía trabajó en el Consell General Interinsular con su amigo el escritor Valentí Puig para trenzar los primeros mimbres del regionalismo autonomista en la vieja provincia de Baleares. Pasó luego a la primitiva Unió Mallorquina (UM) de Jeroni Albertí, Carlos Morales, Miquel Duran, Antoni Borrás y Maria Antònia Munar. Intentó ser alcalde de Calvià y gestionó la consejería de Ordenación del Territorio y la comisión de Urbanismo y Patrimonio de Mallorca.
Hablaba a las claras contra supuestas maniobras irregulares de otros políticos, lo que le costó desencuentros y problemas. Era socio director en Palma del despacho Roca Junyent. Antes trabajó en el bufete de Josep Melià y Miquel Capellà y asesoró a diferentes Ayuntamientos. Hermano del prestigioso cirujano Antonio de Lacy, se comprometió con fundaciones solidarias, como la del pintor Xim Torrents. En su pasado y entorno había un caudal de títulos, viejos casales, patrimonio histórico y parientes famosos-como el primer fabricante de coches Loryc- pero él estaba comprometido con la vida contemporánea. El Gobierno de Baleares destacó ayer "su aportación a la construcción y consolidación de la realidad autonómica actual".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de enero de 2011