Leo con algún retraso y mucha sorpresa que Javier Tajadura escribe en su artículo El horizonte federal de España, publicado el 7 de enero, que la Constitución de 1978 "ha permitido resolver con indudable éxito" el problema social y político de la separación Iglesia-Estado.
¿Es que no conoce los Acuerdos de 1979 entre España y el Estado de la Santa Sede, las cláusulas de estos acuerdos sobre la enseñanza de la religión en todos los centros públicos y privados y en todos los niveles educativos hasta el universitario, los artículos sobre la cuantiosa financiación directa e indirecta de la Iglesia católica por el Estado, y la creciente oposición que tales cláusulas y artículos han generado en la sociedad española?
Ningún Gobierno se ha atrevido a denunciar los Acuerdos de 1979, pero la realidad es que en España no hay separación de Iglesia y Estado ni hay consenso en que el problema está resuelto. Incluso, y limitándonos al tratamiento del tema en el texto constitucional, una encuesta de Metroscopia de diciembre de 2009 indicaba que el 51% de los españoles mostraba una actitud favorable a la reforma de la Constitución para "eliminar las referencias a un trato especial a la Iglesia católica".
Por supuesto, reconozco que no era este el tema del artículo de Javier Tajadura, pero creo que hay que meditarlo bien antes de hacer afirmaciones tan discutibles como si fueran verdades incontrovertibles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de enero de 2011