La Federación de Barcelona del Partit dels Socialistes de Catalunya dio ayer por inaugurada la campaña de las municipales de mayo con una jornada de debate celebrada en el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB). La clausuró el alcalde, Jordi Hereu, llamando a la movilización "contra la indiferencia". Hereu pasó muy por encima de las primarias que se celebrarán el 19 de febrero en las que se medirá a la ex consejera Montserrat Tura. Dijo que es un proceso que debe afrontarse "con pleno respeto, con ganas de sumar" y admitió que la contienda "tiene riesgos" pero también "grandes oportunidades que debemos saber aprovechar". Hereu, en cualquier caso, se mantuvo neutral y no pidió ni directa ni indirectamente el voto a la gente de su federación.
El viernes pasado, cuando la dirección de la federación barcelonesa se reunió y decidió eximir a Tura de la presentación de avales, sí hubo un encendido debate entre sus miembros, una cincuentena de personas.
Por primera vez en mucho tiempo no faltó nadie, explican en la propia agrupación. La cuestión de los avales se despachó rápidamente: exigirlos supondría que la militancia tuviera que posicionarse -los avales son firmas y, por tanto, no hay anonimato- y existía la posibilidad de que se produjera una herida como ocurrió en el partido socialista en Madrid.
En cambio, sí hubo varias intervenciones, durante más de dos horas, para criticar la actitud de la dirección del partido en la calle de Nicaragua. En la federación barcelonesa, aseguran varias fuentes, escuece que se haya cuestionado a Hereu después de la derrota del 28-N.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de enero de 2011