El Ministerio alemán de Agricultura ordenó ayer el precinto de 934 granjas, entre explotaciones avícolas y porcinas, por sospechas de contaminación de dioxinas en los piensos para animales. La decisión se adoptó al detectarse que un fabricante de piensos del Estado de Baja Sajonia (norte del país) no registró como corresponde ante las autoridades sus partidas de suministros a las explotaciones afectadas.
Estos nuevos precintos se producen tras haberse levantado la orden de cierre sobre la gran mayoría de las más de 4.000 explotaciones clausuradas tras estallar, a principios de año, el escándalo por la contaminación de piensos animales.
La ministra de Agricultura germana, Ilse Aigner, anunció controles sanitarios exhaustivos, un endurecimiento de las penas a los infractores y un plan que obliga a los fabricantes de piensos a obtener una licencia específica, detallar la composición de sus productos y suscribir un seguro de responsabilidad civil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de enero de 2011