"Volvimos al banquillo y nos dijimos: 'No podemos permitir que nos haga esto otra vez'. Pero, simplemente, no podíamos frenarlo". Danny Granger, la figura de los Pacers, explica la absoluta incapacidad de su equipo para contener la fuerza desatada y el acierto del jugador que, más allá de LeBron James, Kobe Bryant o Kevin Durant, está causando más admiración y expectativas esta temporada en la NBA.
Se llama Blake Griffin, tiene 21 años, mide 2,08 metros y pesa 114 kilos. Se mueve como una anguila; machaca el aro más duro que los más duros, léase LeBron o Dwight Howard; es capaz de encestar desde media distancia, y aún no se le adivinan sus límites. Lleva todo el curso sumando dobles dobles, promedia 22,5 puntos y 18,8 rebotes y contra Indiana logró su mayor anotación, 47 puntos, récord esta campaña en la NBA, aderezados con 14 rebotes. Por supuesto, los Clippers, su equipo, ganaron por 114-107.
La marca de Griffin es comparable a la de los elegidos. A su edad, solo dos jugadores consiguieron marcas superiores: Michael Jordan, con 49 puntos y 15 rebotes en un partido con Chicago en la temporada 1984-1985 y Rick Barry, con 57 puntos y 15 rebotes con los Warriors en la de 1965-1966.
Fue el 27º doble doble seguido de Griffin y el 33º en su incipiente carrera. "¡Oh, Dios mío! Estuvo imparable. Nos limitamos a alimentarle y no paró de producir", resumió, admirado, el veterano base de los Clippers, Baron Davis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de enero de 2011