Un sondeo, publicado ayer por el periódico francés France-Soir, muestra que Carla Bruni, la esposa del presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy, es mucho más popular y está más valorada que su marido. La encuesta deja claro que el 66% de los franceses aprueba el papel que desempeña la actriz y cantante como primera dama. Y el 56% añade que constituye una influencia positiva para el presidente. Ahora mismo, Sarkozy roza un magro 30% en varias encuestas. El otoño pasado, con la polémica reforma de las jubilaciones en el Parlamento y la calle tomada por los sindicatos, marcó la etapa menos popular del presidente, que no ha hecho sino perder puntos desde su elección.
El papel de Bruni como esposa del presidente francés es hoy discreto en Francia. A los primeros años de ciertos excesos ha seguido una etapa de una impecable puesta en escena de la pareja. Es en los viajes al extranjero donde Carla Bruni brilla más. A veces mucho más que su marido. Sarkozy, que ayer se presentó ante el mundo en una rueda de prensa investido en el papel de presidente de turno del todopoderoso G-20 y del G-8, tuvo que enfrentarse con otra noticia algo chocante: su página web había sido saboteada por alguien que había logrado dejar un texto en el que, con faltas de ortografía, Sarkozy decía que renunciaba a presentarse a la reelección.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de enero de 2011