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CARTAS AL DIRECTOR

'El jefe de todo esto'

En la genial, sorprendente y maldita película de Lars von Trier, cuyo título encabeza esta carta, el dueño de una empresa oculta su autoridad inventándose el ficticio personaje de el jefe de todo esto. Quien manda, así, renuncia a la autoridad (poder responsable) pero se queda con el poder (poder autoritario), colando decisiones duras desde un falso compañerismo que, de alguna manera, le permite decir: "Peor sería si yo no lo gestionara, pero ya sabes, el jefe de todo esto dice que...". Ya toca aceptar sin más rodeos que los mercados son solo el jefe de todo esto, y quien nos espanta con su afirmación de "peor sería si los mercados..." es, precisamente, quien de verdad manda: no hay conspiración en esta tesis, tan solo el reconocimiento de que el arte, cuando es arte, acierta más allá de lo que el propio artista podía vislumbrar en el momento de su creación: empresarios y políticos de derechas, y no la avaricia de unos pocos, son nuestro jefe y falso compañero de fatigas.

Nadie vea que afirmo que los que hoy detentan (dicho sea con toda intención: ¿para cuándo una ley electoral progresista que coloque a todos en su sitio?) el poder político en España son los que realmente mandan. No, en nuestro caso aún es peor, ni mandan en su beneficio -como "los mercados" hacen- ni nos protegen de los zarpazos de "los mercados" con el mandato que les dimos.

Ellos, nuestro Gobierno de la nación, no pueden no saber que el mercado es solo el jefe de todo esto, so pena de ser considerados enfermos de idiocia. No pueden no saber que la crisis, hoy, ya es meramente política: o aplicas políticas antisociales o... No pueden no saber que aplicando políticas de la más pura y dura derecha, lo único que pueden esperar es que vuelva la derecha, y si alguien duda de qué pasará, echen un ojo a las primeras acciones de CiU.

No pueden no saber que por cada año que aumentan la edad de jubilación generan 400.000 parados estructurales más: las entradas netas anuales de jóvenes merecedores de un puesto de trabajo. ¿Qué tal hacerlo al revés, y promocionar el empleo juvenil con "cargo" a más y mejor jubilación voluntaria? A favor: una sociedad más motivada y comprometida en su fase más temprana, la condición de posibilidad de un futuro, de cualquier futuro por lo menos, no peor que nuestro presente. ¿Que esto es la utopía de un bonista? No, es lo que hacen a lo bestia, sin red y sin criterio social, los empresarios -los verdaderos jefes de todo esto- en cuanto pueden. No pueden no saber que las cajas son capital social y los bancos, capital privado. No pueden no saber que subir impuestos es de izquierdas (e incluso revolucionario) y bajarlos, de derechas. No pueden no saber quién es realmente el jefe de todo esto. ¿Y por qué, si lo saben, lo hacen?.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de enero de 2011