Una juez de Lleida decretó ayer el ingreso en prisión sin fianza de Josep Blanch, tras declararse autor material de la muerte de su suegro, Esteve Muret, de 84 años, ocurrida el pasado 5 de diciembre en una finca de olivos de Massalcoreig (Segrià). Griselda M., esposa de Blanch e hija de la víctima, quedó en libertad con cargos y podría ser acusada de un delito de encubrimiento.
El interrogatorio por separado del matrimonio apenas duró una hora. Blanch, que ya se había declarado culpable del crimen durante la reconstrucción de los hechos realizada el viernes en la misma finca en la que fue descubierto en cadáver de Muret, ratificó su confesión y, al mismo tiempo, exculpó a su mujer. Ella aseguró no saber nada de los hechos.
La declaración de Blanch no ha aclarado los motivos que le indujeron a acabar con la vida de su suegro. Los tres vivían desde hacía 13 años en la casa de la víctima, en la vecina localidad oscense de Torrente de Cinca y, aparentemente, la convivencia entre ellos era muy buena. "Josep es incapaz de matar a mi padre", dijo Griselda M.
Desde el primer momento, el matrimonio se convirtió en el centro de las pesquisas policiales, tras su detención el pasado viernes, en un piso que la víctima tenía en Vila-seca (Tarragonès) y en presencia de su única hija.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de enero de 2011