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CARTAS AL DIRECTOR

La desesperación del copago

El secretario de Hacienda, Carlos Ocaña, tiene la mala costumbre de hablar periódicamente del copago sanitario mostrando mucha más ignorancia que conocimiento al respecto. Si conociera el tema sabría que los estudios científicos indican que el copago sanitario daña a las poblaciones vulnerables, recauda menos de lo que cuesta la burocracia necesaria para implementarlo y rompe la que debería haber sido la ideología de solidaridad y subsidiariedad social de la llamada socialdemocracia, que ha entregado el gobierno democrático a los mercados.

También se equivoca cuando dice que las últimas medidas de racionalización de fármacos no han producido racionamiento, algo denunciado a nuestra organización por médicos y gestores, y que se recoge en un estudio recientemente publicado en el que los profesionales denuncian racionamiento y desigualdades en el acceso a innovaciones terapéuticas. Es preocupante que el señor Ocaña se olvide de que el Estado tiene la capacidad de regular el sistema financiero y que de la regulación a la especulación cortoplacista y a las SICAV, por citar dos ejemplos, quizá obtendría suficientes fondos para mantener uno de los grandes logros del progreso social: tener el tercer mejor sistema sanitario del mundo. Zapatero a tus zapatos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de febrero de 2011