Un grupo de jóvenes vinculados al centro social Terra de Valencia y la organización juvenil independentista Maulets enterraron simbólicamente ayer en Valencia el sistema público de pensiones. Natxo Calatayud, portavoz del colectivo, explicó que el acuerdo social alcanzado entre el Gobierno, la patronal y los dos sindicatos mayoritarios que prevé extender a los 67 años la edad de jubilación y establece que se deben cotizar 37 años para poder disfrutar de la pensión máxima constituye un "grave ataque a los derechos de los trabajadores". Los participantes en la protesta denunciaron que los beneficiarios de la reforma serán los grandes bancos y aseguraron que retrasar la edad de jubilación solo provocará un aumento del desempleo entre los jóvenes que aspiran a incorporarse al mercado de trabajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de febrero de 2011