Los vecinos de las calles de Robador y Sant Ramon, en el Raval, recibieron ayer con apatía la noticia del plan de rehabilitación que aprobó el Ayuntamiento de Barcelona. Con la iniciativa, que costará 20 millones de euros, se intervendrá directamente en 616 pisos, con el fin de poner coto a la prostitución y a los pisos patera. "Las buenas intenciones no bastan a veces", se lamentó Juan José Martín, habitante de una de las fincas afectadas. Otros fueron más críticos. "¿Por qué llega este plan antes de las elecciones?", se quejó María Cotes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de febrero de 2011