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El Paral·lel ganará seis plazas donde ahora hay rotondas

Más placitas y menos rotondas extrañas. La avenida del Paral·lel transformará lo que ahora son seis intersecciones -los cruces de Entença, Rocafort, Calàbria, Viladomat, Borrell y Urgell-, en las que el peso dominante lo tiene el coche, en seis plazas de 1.600 metros cuadrados cada una de ellas. Se hará a partir del mandato próximo, aclaró el alcalde Jordi Hereu, al presentar algunas de las conclusiones del trabajo arquitectónico que dibuja el Paral·lel del futuro. Una avenida que tendrá dos polos. Uno de actividad económica en el lado más cercano a la plaza de Espanya y vinculado a la Fira, y otro en el extremo más próximo al mar, que se pretende convertir en un eje cultural y de espectáculos.

La reapertura de El Molino, el arranque del Arteria Paral·lel y la compra del teatro Arnau -pendiente de cerrar- han sido una inyección de esperanza en la recuperación de la avenida. Una recuperación que tiene que pasar por la mejora del espacio público. Una de las ideas claras es dar más espacio a los peatones y menos al vehículo. De momento, reordenando las rotondas del lado del Eixample. En esas intersecciones, la propuesta es ampliar la acera del lado mar anulando el vial. La circulación, por tanto, se limitaría al vial del lado montaña.

Más complicada parece la otra idea apuntada: modificar la plaza de la Carbonera, al final del Paral·lel, para que la avenida pueda convertirse en un acceso fácil y natural para los turistas que llegan al puerto de Barcelona. Ahora, la penetración al centro se hace por La Rambla debido a lo complicado que resulta rodear la gran plaza de la Carbonera y acceder al Paral·lel.

La idea -promovida por la ex edil de Ciutat Vella, Itziar González- requiere un cambio urbanístico de calado en la citada plaza, ya que su diseño se debe a que es una de las salidas del cinturón del litoral. Esa plaza se realizó al tiempo que las Rondas en la Barcelona que se preparaba para los Juegos Olímpicos. Y así como otros espacios diseñados entonces, como la plaza de las Glòries, se dio un peso predominante al vehículo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de febrero de 2011