No se pierdan el hermoso, solemne y emocionante espectáculo Symfonia Piesni Zalosnych del coreógrafo francés Kader Attou, uno de los representantes más destacados de la danza hip-hop del vecino país y que está interpretado por el grupo que dirige desde hace más de 10 años: la Compagnia Accrorap. Attou ha elevado la danza de barrio al nivel de danza escénica culta. El montaje puede verse en el Mercat de les Flors hasta mañana.
La fascinación que despertaba en Attaou la Sinfonía núm. 3 de Górecki le llevó a crear una obra para 10 bailarines de una belleza sublime. Entre baile y música se entabla un apasionante diálogo que por un lado serena el alma y por otro hipnotiza la retina. El Mercat se convirtió la noche del jueves en un recinto sagrado para que el público viviera esta ofrenda coreográfica. El espíritu del espectador se deja cincelar por cada nota musical y por cada paso de baile. El cuerpo flota, arrastrado por una marea de emociones.
Górecki ha inspirado a Attaou una coreografía de una gran simplicidad gestual, pero de una gran versatilidad. Cada movimiento encierra un gran dramatismo, la danza contemporánea se entrelaza con el hip-hop en una comunión perfecta. Acrobacia y sentimiento se aparejan.
La obra destila una gran tristeza, hay momentos en que al espectador le cuesta respirar, pero no importa, sería un placer morir ahogado por la intensa emoción. La coreografía, al igual que la sinfonía, está dividida en tres movimientos. En el primero, cada intérprete se desvanece en un lamento fragmentado o se integra en pequeños grupos que forman esculturas de una expresividad atormentada. En el segundo movimiento, el baile se vuelve más agresivo y duro, las manos de los bailarines giran con dolor. En el último, el baile es más dúctil y esperanzado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de febrero de 2011