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Las ciudades como eje locomotor

Políticos, expertos y empresarios debaten el papel actual de Barcelona como ciudad global contra la crisis

"¿Qué hace que una urbe se convierta en ciudad global y otras permanezcan como ciudades más locales?", preguntó el catedrático de política económica de la Universidad de Barcelona, Antón Costas, a los asistentes que ayer participaron en la jornada que organizaron el diario EL PAÍS y el Ayuntamiento de la capital catalana. Bajo el título Barcelona se enfrenta a la crisis, políticos, expertos y empresarios debatieron en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) la estrategia de la ciudad frente a las dificultades económicas.

Para Costas, "las ciudades exitosas son aquellas que logran hacer realidad los sueños de los jóvenes". Y hay cuatro elementos, según el catedrático, en los que Barcelona debe trabajar para alcanzar esta meta: por una parte, políticas de creación y reforzamiento de instituciones que capten talento, como es la Fira de Barcelona, las universidades o incluso La Masia del Barça; lo segundo, una política de vivienda adecuada; el tercer eje, es la necesidad de lograr una ideología ciudadana; y el último lograr una política inteligente. "Hasta ahora creíamos que lo importante eran los países, y no las ciudades. Hoy que tenemos estadísticas buenas de áreas metropolitanas, vemos que cuando un país tira, es porque hay una o dos grandes ciudades que tiran de él", zanjó.

La importancia de desarrollar el área metropolitana de Barcelona centró parte del debate, en el que intervinieron la presidenta del Reig Capital Group, Maria Reig; el empresario y presidente de Ficosa, Josep Maria Pujol; el economista Germà Bel; y el profesor de IESE Xavier Vives. Los cuatro coincidieron en que Barcelona debe competir en el mundo sin complejos porque, expresaron de forma unánime, las ciudades potentes son las locomotoras de los países, aún más en épocas de crisis.

El alcalde de la ciudad, Jordi Hereu, recogió el guante y compartió la voluntad de mejorar la calidad urbana, social y económica de Barcelona. Para trabajar el mercado global sin olvidar las necesidades locales, agregó Hereu, la capital necesita que el puerto y el aeropuerto se conviertan en un centro neurálgico internacional.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de febrero de 2011