Son capaces de convertir en noticia todo lo que hacen, incluso el lanzamiento de un disco, algo que ahora no parece importar a nadie. Pero la pasión de sus fans es mucha y contagiosa, y de ellos siempre se espera la obra maestra por llegar. Por algún motivo que hemos olvidado ya, se asume como un hecho que han de marcar la diferencia, y por eso la decepción es solo leve cuando, otra vez, no cumplen las altísimas expectativas. Al fin y al cabo, se les está pidiendo mucho, y, bueno, la próxima vez será. El octavo disco de los Oxford, de momento solo disponible como descarga, es simplemente digno. Ocho canciones, menos de 40 minutos, que son muy Radiohead y poco más.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de febrero de 2011