Otra escénica vuelta de tuerca a un personaje literario que tantas veces se ha paseado por el teatro. Y por la vida. Porque los pícaros y los parias vuelven a aparecer rotundamente en nuestra sociedad quinientos años después del Siglo de Oro.
Así lo entiende la compañía Mirage, que con su brillante espectáculo Lázaro revive la miseria, la soledad y las crueles experiencias del Lazarillo de Tormes. Es la última semana que lo representan en la sala Tribueñe, que tantos momentos buenos está dando al teatro de hoy, de aquí y de ahora y es también una oportunidad única para sumarse a la inteligente propuesta de este grupo: "Reflexionar sobre los temas universales del libro: la picaresca, el engaño, la miseria, el abuso, la mentira, la dependencia, el abandono, la soledad, picardía, hambre...".
Un espectáculo, dirigido por Juan Ayala, que rezuma ingenio y teatro por todos los costados, y con el añadido de ver a buenos actores, entre los que destaca Miguel Oyarzun, del que es altamente posible que oigamos hablar, mucho y bien, en el futuro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de marzo de 2011