Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Antúnez aborda en Bilbao Arte el uso creativo de las nuevas tecnologías

Con el cuerpo conectado al ordenador a través de un artilugio que lleva en bandolera, Marcel·lí Antúnez (Moyá, Barcelona, 1959) inició ayer las clases del seminario Sistematurgy, en Bilbao Arte, hablando del cine de los Lumière y Méliès. Más de cien años de recorrido histórico para llegar a las instalaciones, las performances mecánicas y electrónicas y el uso de la tecnología digital con las que Antúnez, fundador de La Fura dels Baus a finales de la década de los setenta, se ha ganado en el reconocimiento artístico.

"Con los seminarios trato de transmitir el desarrollo en los últimos 20 años de las cuestiones tecnológicas y los lenguajes artísticos, los objetos y los espacios que se crean y su relación con los usuarios", explica.

"La tarea del artista es usar los nuevos horizontes de la tecnología", indica

Antúnez defiende la integración de los distintos lenguajes artísticos. El último en incorporarse a la lista es, destaca, la interactividad con el uso de las nuevas tecnologías. "Con el iPhone, Internet o los videojuegos la interactividad ya forma parte de nuestras vidas", añade. "Es un lenguaje artístico a analizar teóricamente".

A lo largo del seminario, abordará las posibilidades artísticas del vídeo y el sonido interactivos y el uso de interfaces corporales y espaciales. El desarrollo tecnológico ha permitido reducir "los trastos" y ha abierto el camino de la reflexión, destaca. "Hemos creado un nuevo marco, pero no hemos construído espacios de expresión, una forma de narración propia", señala. "La tarea del artista es utilizar esos nuevos horizontes".

Antúnez abandonó La Fura en 1989 para iniciar su carrera artística en solitario. Estudió Bellas Artes, pero encontró en la "escena experimental" el terreno propicio para desarrollar sus proyectos. "Nunca me he sentido una persona de teatro, un arte basado en el peso del texto. Me interesa más la integración de lenguajes", concluye.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de marzo de 2011