Mientras Sortu pelea por su legalización contra reloj rechazando la violencia callejera y la planificación de actos terroristas por parte de ETA -como el que, según la Guardia Civil, tenía previsto el pasado verano contra el lehendakari, Patxi López-, las fuerzas y cuerpos de seguridad han descabezado en Francia la estructura militar de la banda terrorista.
Hasta en sus momentos de mayor debilidad, como ocurre ahora con las detenciones de comandos operativos, ETA condiciona el discurso de los partidos vascos. De un lado, porque quienes siempre han dudado de la asfixia por inanición de la banda terrorista -PP, sobre todo; y PSE-EE, en menor medida- empiezan a admitir sin tapujos que "el final se acerca".
Séptimo aniversario de la matanza del 11-M
Fue una cuestión de suerte. De mala suerte. María Eugenia Ciudad Real Díaz, trabajadora de una sucursal bancaria de 26 años, cambiaba en días alternos su hora de entrada al trabajo. A las ocho de la mañana o a las nueve. "Su destino estaba escrito", cuenta María, su madre.
La policía estrecha el cerco sobre uno de los mayores y más rápidos negocios hechos por la red corrupta que dirigía Francisco Correa en la Comunidad Valenciana. La visita de dos días del Papa a Valencia en 2006 sirvió a la trama Gürtel para intermediar en un contrato de siete millones de euros dirigida entonces por Pedro García, un amigo de la red corrupta-.
Tras dos años interponiendo recursos para dilatar la investigación del caso Gürtel, los tiempos judiciales se vuelven ahora contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana reactivó ayer el grueso de la vertiente valenciana del caso.
El exdiputado del PP Jesús Merino, imputado por cohecho, blanqueo de capitales, tráfico de influencias y fraude fiscal en el caso Gürtel, declaró ayer durante dos horas y media ante el juez Antonio Pedreira. Aseguró que es inocente, que conocía a Francisco Correa "de vista" y que nunca recibió dinero de la trama.