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CARTAS AL DIRECTOR

Dependencia energética

Cuando sale a colación el actual tema energético de un país siempre se hace referencia a su dependencia energética, sea energía nuclear o fósil.

Sin embargo, y a mi modo de ver, la independencia energética no existe, salvo en dos circunstancias teóricas: que un país disponga de yacimientos propios de las que se extraiga uraninita, de la que se obtiene el uranio y que toda su producción energética se basara en centrales nucleares, y un país que cubriera el total de sus necesidades energéticas a partir de energías alternativas.

La tan defendida independencia que nos proporcionaría basar nuestro mix energético en las centrales nucleares, premeditadamente obvian que la materia prima para alimentar nuestras centrales dependería de los 18 únicos países en el mundo productores de uraninita. Es decir, de independencia nada de nada.

Viene todo ello a cuenta del monumental dislate -premeditado desde luego- de la última conferencia del presidente de FAES, señor Aznar, en la que aboga como solución a nuestros problemas energéticos en España a la reducción paulatina de las renovables apostando por la energía nuclear.

Si, como cabe suponer, por sus propios comentarios, aunque no tan prístinos, ese es el proyecto energético que tiene en mente Mariano Rajoy, para cuando él sea presidente de nuestra nación -no lo vean mis ojos- ¡aviados estamos!-.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de marzo de 2011