El Ballet de Monterrey (Nuevo León, México) nació hace algo más de 20 años, el 4 de septiembre de 1990, por iniciativa de Yolanda Santos de Garza, que reunió un patronato al estilo norteamericano con personalidades de la industria regiomontana. La compañía desde entonces se estabilizó de manera muy competitiva en el panorama tanto mexicano como latinoamericano con su debut con el ballet Cascanueces bajo la dirección artística de Ann Marie de Angelo.
Ahora hace escala en el teatro Nuevo Apolo de Madrid (del 24 al 27, a las 20.30) dentro de su primera gira europea con un programa prismático que abarca desde los pas de deux clásicos como Don Quijote o Diana y Acteón que demostrarán el nivel académico y virtuosístico de la agrupación, a nuevas creaciones, algunas de su actual director, el artista cubano Luis Serrano, que fuera primera figura del Miami City Ballet durante una década. Serrano sustituyó en la dirección del Ballet de Monterrey a Robert Hill, a su vez venido del American Ballet Theatre de Nueva York; otros directores que dejaron su saber en Monterrey fueron Fernando Alonso y Fernando Bujones.
Así, la vocación internacional de la compañía se mantiene viva, donde también abunda el repertorio de Balanchine, del venezolano Vicente Nebrada y del argentino Jorge Amarante (del que se verá Grapatango, sobre música inca). Cierra las veladas del Nuevo Apolo el Mosaico mexicano, con música de grandes compositores de ese país como Arturo Márquez, Manuel M. Ponce y Pablo Moncayo y donde no falta el inevitable y evocador Huapango.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de marzo de 2011