Tras publicarse los demoledores resultados sobre las escuálidas cuotas de pantalla del cine español, parece que este se ha decidido definitivamente a dar la batalla por el espectáculo fuera de las salas de cine, en vez de esforzarse en ofrecer productos que atraigan a los espectadores a ellas.
Después de toda la parafernalia que ha envuelto a la gala de los Goya, que se convirtió en una mera nota a pie de página de las disputas políticas entre sus miembros, ahora, Bigas Luna, candidato por propia elección a la presidencia de la Academia, en un alarde de respeto a sus compañeros y a la institución que, al parecer, no quiere presidir, declara: "Si tengo suerte, igual gana otro"; mientras que el otro candidato, para que no parezca que no pasaba por allí, considera que "presidir la Academia es un embolao".
¿Estaremos condenados en este país a tener que optar siempre entre proyectos políticos tan atractivos?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de marzo de 2011