Martín Lasarte se arropó con tres centrales y Marcelino fio su suerte al gambeteo de Munitis y el talento del avispado Giovanni dos Santos. Al borde del descanso, Kennedy certificó el dominio local con un zapatazo lejano.
Entonces, Lasarte soltó riendas; retiró a uno de los centrales, Mikel González, y dio un paso adelante con la incorporación de Zurutuza. Arrancó el correcalles. Xabi Prieto sirvió el empate a la afilada bota de Griezmann. Y, en la respuesta local, Gio, hambre y talento, empujó a la red el gol del triunfo. Puro frenesí. Ida y vuelta. Un tiro postrero de Ifrán se estrelló en el poste y, cuando la pelota se colaba, Toño la cazó al vuelo. El pitido final puso fin a la locura. El premio, para el Racing.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de marzo de 2011