Tres generales responsables de importantes regiones militares de Yemen y decenas de oficiales se sumaron ayer a las protestas que desde hace semanas reclaman democracia y exigen la salida del presidente Ali Abdala Saleh, en el poder desde 1991. La deserción ha dividido al Ejército y transformado la rutina de la represión en riesgo de guerra civil. Ayer, en las calles de Saná, la capital, carros blindados en poder de los militares rebeldes protegían a los manifestantes mientras que otros tanques leales a Saleh protegían el palacio del presidente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de marzo de 2011