Ni el terremoto de Japón, ni el conflicto libio. Nada ha hecho cambiar de opinión al presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, que se reafirma en la necesidad de cortar de raíz "el aumento de expectativas de la inflación" con la primera subida de tipos de interés en dos años. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) mantiene que reaccionar así a la escalada de las materias primas "puede no ser necesario", a la vista de lo que ocurrió en 2008.
El Departamento de Economía de la OCDE minimiza el impacto del alza del crudo, ya que entiende que el compromiso de los bancos centrales para actuar en caso de un aumento permanente de la inflación por encima de sus objetivos (2% en la zona euro) es suficiente para desalentar una espiral inflacionista. "La experiencia de 2008 es instructiva: gracias a expectativas bien ancladas, la inflación siguió controlada, a pesar de un repunte notable del petróleo". En 2008, con el petróleo a 150 dólares, la inflación de la zona euro promedió un 3,3%, aunque el control de los precios a los que alude la OCDE se benefició del frenazo económico en la segunda mitad de ese año.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de marzo de 2011