Con motivo de la inauguración de un campo de golf privado -en un terreno público regalado por la Comunidad de Madrid, siendo este un asunto pendiente de una decisión del Tribunal Supremo- Esperanza Aguirre ha declarado que "los poderes públicos tienen la obligación de impulsar la práctica del golf". También dice que es un deporte al alcance de todos. Tal vez por eso se declara golfista aunque tenga dificultades para llegar a fin de mes. Por una asociación de ideas recuerdo la trama Gürtel y cómo la Comunidad de Madrid da largas al envío de documentación solicitada por el juez Pedreira desde el TSJM, además de tener a la Sala de lo Civil y Penal del citado tribunal muy escasa de medios -los cuales dependen del Gobierno de la Comunidad de Madrid-. Entre hoyo y hoyo alguien debería recordarle a la presidenta y golfista ocasional que hay servicios públicos -sanidad y educación, por ejemplo- que deberían estar por delante del golf y que uno de los fundamentos de la democracia es la separación de poderes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de marzo de 2011