La propuesta del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, de penalizar fiscalmente a los vehículos diésel, que emiten hasta seis veces más partículas que los de gasolina, no prosperó ayer en la votación final de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). El PSOE votó en contra en la comisión ejecutiva, pese a que hace apenas 15 días el plan fue aprobado por unanimidad en una comisión técnica. La de ayer fue la última ejecutiva antes de las elecciones municipales. "No es el momento de ejercer mayor presión fiscal", aseguró el portavoz del PSOE en la FEMP, Ramón Ropero, que calificó la propuesta de "oportunista" y recaudatoria.
Gallardón pretendía pedir al Gobierno que modifique el impuesto de circulación (cambiando la Ley de haciendas locales) para penalizar a los coches más contaminantes y a los más caros. La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, aseguró: "Sostenibilidad no es igual que fiscalidad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de marzo de 2011