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LA IMAGEN

Patriotismo de serie

Resulta decepcionante comprobar que los símbolos se pueden comprar al peso. Pero así es. Aquí abajo, una fábrica de banderas en un polígono industrial en Colmenar Viejo (Madrid).

Si usted se ha preguntado alguna vez por qué en la comida de los aviones siempre le toca la parte central del huevo duro, he aquí la respuesta: porque la industria ha conseguido el modo de fabricar un huevo con forma de chorizo en el que todo es parte central. Este huevo transformado, en vez de venderse por unidades o docenas, se vende por metros. Cuando uno lo averigua, sufre un pequeño desencanto, y no porque el huevo industrial sea peor que el natural, sino porque casi todo lo que se vende por metros carece de prestigio (así, por ejemplo, las colecciones de libros bellamente encuadernados para la estantería del salón).

Si tú ves una bandera de España, a lo mejor te emocionas y no te preguntas, claro, por qué el escudo cae siempre en el centro. El centro es el lugar natural del escudo en la bandera, y punto. La decepción llega cuando tropiezas con fotografías como ésta, en donde adviertes que los símbolos de la patria se venden también por metros. ¿Cuántos metros de símbolo quiere usted? Lo suyo es que los símbolos, de no regalarse, se vendieran por unidades, como si cada uno de ellos, aunque idéntico al que ondea en el balcón de al lado, hubiera tenido un alumbramiento propio. Da pena pensar que objetos por cuya integridad muchos darían la propia vida o se la arrebatarían a otro sean el resultado de una fabricación en serie. Claro que si se pudiera abrir la cabeza de un patriota de los de pistola y Goma 2, comprobaríamos con asombro que su idea de la patria es también de serie, como el huevo de los aviones o los rollos de banderas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de abril de 2011