Por delante del serbio Novak Djokovic, que el domingo firmó ante Rafael Nadal, en la final de Miami, su 24ª victoria seguida de 2011, ya solo quedan dos nombres míticos: el checo-estadounidense Ivan Lendl (25 triunfos consecutivos en 1986) y el estadounidense John McEnroe (39 en 1984), que lograron los dos mejores inicios de curso de la historia del tenis. En medio de su camino, sin embargo, aparece un rival formidable: Nadal y la tierra. Comienza la temporada de arcilla, que el año pasado dominó abrumadoramente el español, vencedor de todos los torneos en los que participó (Montecarlo, Roma, Madrid y Roland Garros), y el número uno mundial está en juego.
"Creo que Novak va a ser el número uno en algún momento, pero no siento su aliento en el cogote", dijo Nadal. "Ha ganado dos torneos seguidos muy importantes y uno del Grand Slam", continuó; "lo normal sería que se haga con el número uno en un mes y medio o dos meses. No lo sé. Depende de mis resultados en tierra. Yo voy a luchar. Si soy sólido y hago una buena temporada, veremos qué pasa".
"Todos sabemos que la tierra batida es la superficie favorita de Nadal", reconoció Djokovic, que en 2009 perdió sucesivamente las finales de Montecarlo y Roma y las semifinales de Madrid ante el actual número uno. "Pero estas victorias, estos cuatro meses, son los mejores de mi vida y me dan confianza", añadió. "No he tenido mucho éxito sobre tierra y ahora tengo la oportunidad de intentarlo", concluyó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de abril de 2011