El juicio previsto para hoy en el Juzgado Mercantil número 1 de Madrid, por una demanda de Iberdrola contra su principal accionista, ACS (19%), no tendrá lugar. Iberdrola ha decidido no proseguir con la demanda que interpuso en mayo del pasado año.
La eléctrica acusaba al grupo que preside Florentino Pérez de no mostrar una imagen contable fiel en el ejercicio 2009. Pero, según se supo ayer, la empresa se ha echado atrás. El juez, por tanto, ha archivado la denuncia. Técnicamente, ha decidido la terminación del procedimiento por desistimiento y su archivo. Ninguno de los litigantes tendrá que pagar costas. Eso sí, el auto del juez deja abierta la posibilidad de que la eléctrica reabra el caso y llegue a juicio si en el futuro lo considera adecuado.
La pregunta lógica es por qué Iberdrola, que aún mantiene la pugna con ACS para evitar que acceda a su consejo al considerarlo un competidor, ha renunciado al juicio. Fuentes al tanto del enfrentamiento coinciden: no se debe a pacto, acuerdo o acercamiento alguno. De ello se desprende que Iberdrola ha aplicado la máxima de que una retirada a tiempo puede ser una victoria. Porque a semanas de la junta general de accionistas, un revolcón, aunque sea parcial ante un juzgado, no es una buena carta de presentación ante los dueños de la empresa.
Iberdrola acusaba a su rival de aplicar una incorrecta metodología contable por la que, según sus cuentas, la constructora había declarado un beneficio de 988 millones en 2009, en vez de unas supuestas pérdidas de 405 millones. Un asunto complejo y difícil de probar en todos sus extremos.
Iberdrola sí defendió con éxito, en los juzgados de Bilbao, el veto a la entrada de ACS en su consejo. En concreto, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Bilbao aceptó los argumentos de la eléctrica según los cuales entre ambas compañías existe un conflicto de competencia "estructural y permanente". ACS anunció recurso contra la decisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de abril de 2011