No hay que temer que en el seno del PSOE se realicen unas primarias para determinar quién será el principal candidato a las próximas elecciones generales. Se puede ser y hacer socialista de maneras diversas y todas ellas acordes con el ideario del partido. Así, lo que ha de prevalecer en primarias son los programas a cuatro años que propongan cada uno de los candidatos, no tanto los personalismos que, aunque lícitos, no han de copar en exclusiva la contienda. Unas primarias no han de ser una dura batalla llena de descalificaciones y con saltos a la yugular del otro contendiente.
Incluso cabría esperar que, ya resueltas, el vencedor contase con el apoyo del vencido y procediese a incorporar algunos de los puntos del programa de este en el suyo propio trabajando proactivamente en un proyecto común. Es posible y es necesario trabajar en esa dirección.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de abril de 2011