El Banco Central Europeo (BCE) se anticipó ayer al resto de grandes bancos centrales del mundo y, en una maniobra tan esperada como controvertida, subió los tipos de interés al 1,25%, en lo que supone decir adiós al mínimo histórico del 1%. Pese a que su presidente, Jean-Claude Trichet, descartó que esta sea "la primera de una serie de subidas", la medida complica la situación de los países periféricos: encarece la refinanciación de la deuda en plena crisis fiscal y dificulta la frágil recuperación. El BCE aludió a las presiones inflacionistas para justificar el primer encarecimiento de los tipos en casi tres años.
Los analistas no esperan subidas en mayo, pero sí más adelante hasta alcanzar el 1,75% a final de año. La decisión apenas se notó en los mercados: España se libra por ahora del contagio de la crisis fiscal de Portugal, el tercer país europeo en solicitar la ayuda de la UE.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de abril de 2011